Palacio de Schönbrunn y Viena

Palacio de Schönbrunn

El Palacio de Schönbrunn, en alemán Schloss Schönbrunn, es una joya arquitectónica y cultural situada en el distrito de Hietzing de la capital austriaca. Es, sin duda, una de las principales cosas que admirar durante tu viaje a Viena. Este majestuoso palacio barroco austriaco sirvió como residencia de verano para la familia imperial de los Habsburgo y es uno de los monumentos más emblemáticos del país.

El Palacio y los Jardines de Schönbrunn fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996 en reconocimiento a su valor histórico y cultural. Esta distinción subraya la importancia del palacio como testimonio de la historia europea y su conservación para las futuras generaciones.

Hoy en día, el Palacio de Schönbrunn es una de las principales cosas que ver en Viena, recibiendo millones de visitantes anualmente. Los turistas pueden recorrer las opulentas salas del palacio, pasear por los cuidados jardines y disfrutar de eventos culturales que se celebran en el recinto. Además, la Glorieta del Palacio Schönbrunn alberga una cafetería tradicional vienesa donde los visitantes pueden relajarse y contemplar las vistas panorámicas. Probablemente esta sea una de las mejores cosas que hacer en el Palacio Schönbrunn, ya que las cafeterías de la capital austriaca se cuentan entre las más impresionantes y lujosas del mundo.

Glorieta del Palacio de Schönbrunn
La famosa glorieta desde la que observar Viena y el Palacio de Schönbrunn

Historia del Palacio de Schönbrunn

El nombre del Palacio Schönbrunn tiene su origen en el siglo XVII, cuando el emperador Matías, durante una jornada de caza en la zona, descubrió una fuente natural que lo maravilló. Su exclamación, "¡Qué hermoso manantial!" (Schöner Brunnen, en alemán), dio nombre al lugar.

El origen del Palacio de Schönbrunn se remonta al siglo XVI, cuando en 1569 el emperador Maximiliano II adquirió una extensa llanura aluvial del río Viena, situada entre Meidling y Hietzing. Allí se criaban faisanes, patos, ciervos y jabalíes, además de contar con estanques para peces y aves exóticas como pavos reales y pavos domésticos.

Durante el siglo XVII, el lugar siguió siendo utilizado para actividades de recreo y caza. La emperatriz Eleonora Gonzaga, gran aficionada a estas actividades, pasaba largas temporadas allí. Tras la muerte de su esposo, Fernando II, recibió la propiedad como residencia de viudez. También se atribuyen a Eleonora Gonzaga los inicios de la orangerie de Schönbrunn, una galería acristalada y con sistema de calefacción donde se guardaban los árboles frutales de cítricos durante las épocas del año más frías.

El gran esplendor del palacio llegó durante el reinado de María Teresa, quien recibió la propiedad como herencia de su padre, el emperador Carlos VI, en 1740. María Teresa transformó el Palacio Schönbrunn en la residencia de verano de la familia imperial, impulsando importantes reformas que definieron su aspecto actual. El arquitecto Nikolaus von Pacassi lideró los trabajos de remodelación, añadiendo un tercer piso al edificio principal, mejorando los interiores con decoración rococó y estableciendo un estilo único que aún hoy es admirado. Durante su reinado, el palacio se convirtió en un centro de la vida política y cultural del Sacro Imperio Romano Germánico, atrayendo a personalidades de renombre como Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart, quien ofreció un concierto en el palacio siendo un niño prodigio.

Durante el siglo XIX, el palacio siguió desempeñando un papel importante como residencia de los Habsburgo y como escenario de eventos clave en la historia europea. Fue en el Palacio de Schönbrunn donde Napoleón Bonaparte estableció su cuartel general durante sus campañas en Austria, dejando una huella en la historia del lugar. Más tarde, con la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico y el establecimiento del Imperio Austrohúngaro, el palacio continuó siendo un símbolo de poder y estabilidad para la monarquía. Sin embargo, tras la Primera Guerra Mundial y la caída de los Habsburgo, el Palacio de Schönbrunn pasó a manos del estado austríaco, marcando el fin de una era.

Palacio de Schönbrunn de noche
Palacio de Schönbrunn de noche

Interior

El Palacio de Schönbrunn es un magnífico ejemplo de la arquitectura barroca europea. En nuestra guía de viaje de Viena te damos más detalles. Su fachada principal se extiende a lo largo de 175 metros y está adornada con detalles ornamentales que reflejan la opulencia de la época. El interior del Palacio de Schönbrunn alberga 1.441 habitaciones, entre las cuales destacan:

  • La Gran Galería: utilizada para banquetes y bailes cortesanos, esta sala impresiona por sus espejos y frescos en el techo.
  • El Salón de los Espejos: famoso por haber sido escenario de conciertos ofrecidos por un joven Wolfgang Amadeus Mozart.
  • El Salón Chino Azul: decorado con paneles de porcelana y utilizado para reuniones privadas.

Jardines

Los extensos jardines que rodean el Palacio Schönbrunn son una manifestación perfecta del paisajismo barroco. Diseñados para impresionar, cuentan con parterres geométricos, fuentes y estatuas mitológicas. Entre las estructuras destacadas dentro de los jardines se encuentran:

  • La Glorieta: construida en 1775, esta estructura neoclásica ofrece vistas panorámicas del palacio y la ciudad de Viena.
  • La Fuente de Neptuno: una majestuosa fuente que representa al dios del mar rodeado de ninfas y tritones.
  • El Jardín Privado: también conocido como Kronprinzengarten, era un espacio reservado para la familia imperial.
  • Palmenhaus o Casa de las Palmeras: inaugurada en 1882, es uno de los invernaderos más grandes de su época en el mundo. Este impresionante edificio de hierro y vidrio alberga una vasta colección de plantas exóticas y tropicales, ofreciendo a los visitantes una experiencia botánica única.
  • Otro de los tesoros del palacio es el Zoológico de Schönbrunn, fundado en 1752 y considerado el más antiguo del mundo. Este espacio, que comenzó como una colección privada de animales exóticos de la familia imperial, es hoy un importante centro de conservación y educación, donde se pueden observar especies de todo el mundo en entornos cuidadosamente diseñados para replicar sus hábitats naturales.
Invernadero del Palacio de Schönbrunn visto desde los jardines
Invernadero del Palacio de Schönbrunn visto desde los jardines

Aún más impresionantes pueden llegar a ser los Jardines del Palacio Schönbrunn si te decimos que puedes reservar una habitación de hotel en Viena en pleno recinto del palacio. Si no te importa aumentar un poco más tu presupuesto, esta es una de las mejores formas de alojarse en la capital de Austria.

Los jardines del Palacio Schönbrunn, además de ser uno de los más populares monumentos que podrás visitar a través de tours en Viena, también se convierten en contadas ocasiones al año en un importante centro cultural de la ciudad. Destaca el Concierto de una Noche de Verano de la Filarmónica de Viena en Schönbrunn. Este concierto celebrado en los jardines del Palacio Schönbrunn al aire libre atrae a miles de espectadores y es transmitido internacionalmente, mostrando la majestuosidad del entorno.

Cómo llegar al Palacio de Schönbrunn

Si te estás planteando cómo llegar hasta el Palacio de Schönbrunn aquí te aseguramos que está bien conectado con el centro de Viena. La línea U4 del metro tiene una parada denominada "Schönbrunn", que facilita el acceso al palacio. Además, varias líneas de tranvía y autobús llegan hasta la zona, lo que permite una visita cómoda desde diferentes puntos de la ciudad.

La ciudad de los palacios

Además de hacer un tour por el Palacio de Schönbrunn, el visitantede Viena también puede acercarse a ver otras de las atracciones de la ciudad, algunas de ellas también palacios. Esta ciudad, por haber sido capital de varios imperios muy poderosos, centro del capital de grandes civilizaciones y hogar de la más alta aristocracia y después burguesía, alberga algunos de los palacios más fascinantes de Europa. Algunos de los palacios que puedes visitar en Viena son el Palacio de Hofburg, lugar desde donde reinaban los Habsburgo, o el Palacio de Belverede, también de estilo barroco.

El Palacio de Schönbrunn no es solo un monumento; es un testimonio vivo de siglos de historia, una obra maestra de la arquitectura y un lugar donde el arte, la naturaleza y la historia convergen para crear una experiencia incomparable. Ya sea paseando por sus majestuosos jardines, explorando sus salones decorados con lujo imperial o contemplando las vistas desde la Glorieta, Schönbrunn ofrece una ventana al pasado que sigue fascinando a millones de personas cada año.

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