
Castillo de San Jorge
Situado en lo alto de una colina con vistas privilegiadas al Tajo, el Castillo de San Jorge es uno de los tesoros más emblemáticos de la capital portuguesa. Su historia milenaria, sus murallas imponentes y sus rincones llenos de encanto lo convierten en una visita imprescindible. Si estás planeando tu próxima escapada a la ciudad, no te pierdas esta guía de viajes de Lisboa. Te llevará a descubrir todo lo que necesitas saber para disfrutar al máximo de esta joya histórica y su entorno.
Visitar el Castillo: precio y horario
Visitar el Castillo de San Jorge es sumergirse en la historia milenaria de Lisboa mientras se disfruta de una de las panorámicas más impresionantes de la ciudad. Sin duda, es una parada imprescindible en los viajes a Lisboa. Ubicado en lo alto de la colina más elevada del centro histórico, este monumento ofrece una experiencia única que combina arquitectura medieval, jardines tranquilos y vistas al estuario del Tajo. El castillo abre todos los días del año, excepto el 1 de enero, 1 de mayo y 24 y 25 de diciembre. Durante el horario de verano (del 1 de marzo al 31 de octubre), está abierto de 9:00 a 21:00 horas, con última admisión a las 20:30. En invierno (del 1 de noviembre al 28/29 de febrero), el horario es de 9:00 a 18:00, con última entrada a las 17:30.
El precio de la entrada general para adultos es de 15 euros. Los jóvenes entre 13 y 25 años pagan 7,50 euros, mientras que los mayores de 65 años y personas con movilidad reducida abonan 12,50 euros. Los niños hasta 12 años entran gratis. Además, los residentes del municipio de Lisboa tienen entrada gratuita.
La visita incluye acceso a las murallas, torres y patios del castillo, así como al núcleo museológico y a la Cámara Oscura ubicada en la Torre de Ulises, que ofrece una vista panorámica de 360 grados de la ciudad mediante un sistema óptico. Para aprovechar al máximo la experiencia, se recomienda dedicar al menos dos horas a la visita y considerar la opción de una visita guiada o el uso de un audioguía disponible en varios idiomas.
¿Cómo subir al castillo?
Subir al Castillo de San Jorge es una de las actividades en Lisboa que combina historia, vistas panorámicas y el encanto de sus calles empedradas. Para quienes disfrutan de caminar, el ascenso desde la Praça do Comércio (Plaza del Comercio) por la Rua da Madalena y la Rua de Santa Cruz do Castelo ofrece un recorrido de unos 15 minutos, permitiendo descubrir rincones del barrio de Alfama.
Si prefieres evitar las cuestas, el Elevador do Castelo es una opción cómoda y gratuita. Este sistema de dos ascensores conecta la Baixa con las proximidades del castillo, facilitando el acceso sin esfuerzo.
El emblemático tranvía 28E, que recorre barrios históricos como Baixa y Alfama, es una alternativa pintoresca. Puedes bajarte en la parada Miradouro de Santa Luzia y continuar a pie hasta el castillo.
Además, el autobús 737 tiene una parada cercana al castillo, siendo ideal para quienes buscan una opción directa desde el centro.
Independientemente del medio que elijas, la subida al Castillo de San Jorge es una experiencia que enriquece cualquier visita a Lisboa. Además, gracias a su buena ubicación, podrás combinar su visita con otros lugares turísticos de la capital. En los circuitos por Lisboa, también tendrás la opción de conocer por ejemplo la Catedral de Lisboa.

Preguntas frecuentes
¿Cuándo se construyó el castillo?
El Castillo de San Jorge tiene sus orígenes en el siglo XI, durante la ocupación musulmana de la península ibérica, aunque se cree que ya existían fortificaciones en la colina desde épocas anteriores. Fue construido como alcazaba para proteger la ciudad y alojar a las élites gobernantes. Tras la conquista cristiana de Lisboa en 1147, liderada por el rey Afonso Henriques con ayuda de cruzados del norte de Europa, el castillo pasó a ser residencia real. Su estructura ha sido modificada con el tiempo, pero conserva elementos medievales que revelan su función defensiva y su papel clave en la historia de Lisboa.
¿Qué tiene de especial?
El Castillo de San Jorge no solo destaca por su importancia histórica, sino también por ser el castillo más grande de Portugal. Su imponente silueta domina el perfil de Lisboa y ofrece una de las vistas más impresionantes de la ciudad. Desde lo alto de sus torres y murallas, se puede contemplar el Tajo, los barrios históricos y el entramado de tejados que caracteriza la capital. Sus jardines, cañones antiguos y restos arqueológicos completan una visita cargada de historia y belleza. Para quienes se preguntan qué ver en Lisboa, este castillo es una parada obligatoria por su valor y dimensiones.
¿Qué encontrarás en tu visita?
En el interior del Castillo de San Jorge, los visitantes encuentran mucho más que murallas y torres. El recorrido incluye ruinas arqueológicas que revelan vestigios de distintas épocas, desde restos islámicos hasta estructuras medievales. También alberga un pequeño museo que expone objetos hallados en el recinto, ofreciendo una visión más profunda de su historia. Uno de sus grandes atractivos es la Cámara Oscura, ubicada en la Torre de Ulises, que permite ver una panorámica en tiempo real de Lisboa mediante un sistema óptico. Además, sus patios y jardines brindan espacios tranquilos desde los que disfrutar de la historia y las vistas.
¿Cuánto dura la visita?
La duración de la visita al Castillo de San Jorge puede variar según el interés de cada visitante, pero generalmente se recomienda dedicar entre una hora y media y tres horas para explorarlo a fondo. Este tiempo permite recorrer las murallas, disfrutar de las vistas panorámicas, visitar el museo y la Cámara Oscura, y pasear por los jardines. Para quienes estén planificando su estancia en la ciudad, es útil saber que hay numerosos hoteles en Lisboa ubicados cerca del castillo, especialmente en los barrios de Alfama y Baixa, lo que facilita el acceso y permite aprovechar al máximo la visita. Además, alojarse en estas zonas ofrece la oportunidad de sumergirse en el ambiente histórico y cultural de la capital portuguesa.
No te pierdas sus jardines
Los jardines del Castillo de San Jorge ofrecen un remanso de paz en pleno corazón de Lisboa, ideal para descansar durante la visita. Rodeados por las murallas y con vistas espectaculares al río Tajo, estos espacios verdes invitan a pasear entre árboles centenarios, esculturas y pavos reales que deambulan libremente, aportando un toque pintoresco al entorno. Entre las sombras de los pinos y olivos, es posible relajarse mientras se contempla la ciudad desde distintos miradores. La tranquilidad de estos jardines contrasta con la vitalidad del centro, convirtiéndolos en una de las zonas más agradables del castillo para detenerse y disfrutar.

Explora el castillo más grande de Portugal
Visitar el Castillo de San Jorge es una forma privilegiada de comprender el alma de Lisboa desde uno de sus puntos más simbólicos. Más allá de su relevancia histórica, este lugar permite conectar con el ritmo pausado del barrio de Alfama, con sus calles estrechas y sus miradores escondidos. La experiencia no se limita al interior del recinto, sino que se extiende a todo su entorno, donde el pasado y el presente de la ciudad se entrelazan con naturalidad. Caminar por esta colina es una oportunidad para observar cómo Lisboa conserva su identidad a través del tiempo.
Al dejar atrás el castillo, la sensación que queda es la de haber recorrido un fragmento esencial de la historia portuguesa. Su buena ubicación, su atmósfera serena y la riqueza cultural que lo rodea hacen de esta visita algo más que una simple excursión turística. Es un punto de partida ideal para seguir descubriendo la capital con otra mirada, más atenta y más consciente del valor de sus rincones.