Templo Kinkaku-Ji de Kioto

Kinkaku-Ji

El primer punto de interés que te recomendamos en nuestra guía de viaje de Japón es el Kinkaku-ji, conocido también como el Pabellón Dorado, uno de los monumentos más emblemáticos y fotografiados de Kioto, una de las ciudades del país en las que podrás experimentar más de cerca la cultura y sociedad tradicionales japonesas. Sin duda, se trata de una de las más bonitas cosas que ver en Japón. Su estructura armoniosa, los detalles de arquitectónicos y su integración con la naturaleza circundante son argumentos de peso que atraen a visitantes de todo el mundo. Sigue leyendo nuestra guía del Templo Dorado de Kioto para conocer todo lo que necesitas tener en cuenta a la hora de visitarlo durante tu viaje a Japón.

Historia del templo Kinkaku-ji

Este impresionante templo zen de Kioto, situado al norte de la ciudad, destaca por sus paredes exteriores cubiertas de pan de oro, lo que le confiere un brillo y majestuosidad incomparables. Pero la historia del Templo Dorado también sigue siendo algo meritorio e interesante que difundir. Conoce aquí, en la guía para la visita de Kinkaku-ji, algunos datos relevantes que enriquecerán tu excursión a uno de los templos más bonitos de Japón.

Oficialmente llamado Rokuon-ji (Templo del jardín de los ciervos), este templo zen budista es una joya arquitectónica del Japón más tradicional, pero el lugar ha cambiado mucho a lo largo de los siglos y ha experimentado vicisitudes de toda índole. El sitio donde se encuentra Kinkaku-ji originalmente albergaba una villa llamada Kitayama-dai. En 1397, el shogun Ashikaga Yoshimitsu compró la villa y la transformó en el complejo Kinkaku-ji, villa de descanso para el mandatario donde reinaba la paz y la belleza. Tras la muerte de Yoshimitsu, su hijo convirtió el edificio en un templo zen, cumpliendo con los deseos de su padre.

Durante la guerra de Ōnin (1467-1477), todos los edificios del complejo, excepto el pabellón, fueron destruidos. En 1950, un joven monje incendiario quemó el pabellón original. El edificio actual fue reconstruido en 1955, siguiendo fielmente el diseño original. Desde entonces, ha habido de varias restauraciones, incluyendo la renovación de la cubierta de laca japonesa y el recubrimiento de hojas de oro en 1987, así como la restauración del techo en 2003. Estas intervenciones han asegurado que el Kinkaku-ji continúe brillando con todo su esplendor dorado.

Jardín zen con estanque del templo Kinkaku Ji
Jardín zen con estanque del templo Kinkaku Ji

Qué ver en el pabellón dorado

El nombre Kinkaku (Pabellón dorado) se deriva del revestimiento en pan de oro del pabellón. El oro simboliza la pureza y la intención de mitigar la contaminación y los pensamientos negativos. Durante el periodo Muromachi, se valoraba mucho el exceso visual, y el brillo del pabellón bajo la luz del sol crea una impresión deslumbrante y majestuosa.

Este espectacular templo de Kioto está rodeado de un magnífico jardín japonés que representa el paraíso budista y se encuentra junto a un tranquilo estanque que refleja la brillante fachada dorada del templo. El estanque contiene diez islas pequeñas, y la disposición de las rocas, puentes y plantas representa lugares famosos de la literatura china y japonesa. La disposición estratégica del pabellón permite vistas panorámicas del jardín, fomentando una conexión entre el edificio y su entorno.

Kinkaku-ji es un edificio de tres pisos, cada uno con un estilo arquitectónico distinto. El primer piso, llamado Hō-sui-in (Cámara de las aguas), está diseñado en estilo shinden-zukuri, evocando la residencia imperial del periodo Heian. Este nivel utiliza madera sin pintar y yeso blanco, enfatizando el paisaje circundante.

El segundo piso, Chō-on-dō (Torre de las ondas de viento) está construido en estilo buke-zukuri, característico de los guerreros aristócratas, es decir, de los famosos samurái. Contiene una sala de Buda y un santuario dedicado a la diosa de la misericordia, Kannon.

La tercera planta, Kukkyō-chō (Cúpula del último alcance) está diseñado en estilo zen-butsuden-zukuri, evocando una atmósfera religiosa más intensa. Este nivel está completamente revestido en el exterior en pan de oro puro. En su interior hay una tríada de Budas y 25 figurillas Bodhisattvas, o personas que se encuentran en el camino hacia Buda.

En el techo del pabellón se encuentra un fenghuang (fénix chino) dorado que simboliza la inmortalidad y la renovación.

El Templo Dorado de Kioto es más que una obra maestra arquitectónica; es un símbolo de la unión entre la naturaleza y el espíritu humano. El pabellón funciona como un shariden, un lugar que guarda las reliquias del Buda, lo que lo convierte en un sitio de gran importancia espiritual.

Templo dorado Kinkaku Ji en detalle
Templo dorado Kinkaku Ji en detalle

¿Dónde se encuentra el Templo Kinkaku-Ji?

Si te estás preguntando dónde se encuentra el Templo Dorado de Japón, debes saber que el Kinkaku-ji se encuentra en el norte de Kioto y es accesible por bus desde la estación de Kioto. Desde la estación, el trayecto dura aproximadamente 50 minutos y te recomendamos consultar el mapa del norte y noroeste de Kioto para planificar tu visita.

No se permite la entrada al interior del templo dorado, pero puede ser admirado desde el exterior a través del camino alrededor del estanque. Cada detalle arquitectónico, desde los pilares de madera en la primera planta hasta las paredes doradas de las plantas superiores, todo en una perfecta simbiosis con la naturaleza invita a la contemplación detenida.

Desde aquí te recomendamos consultar los horarios de apertura para planificar tu excursión a Kioto y aprovechar el día para conocer otros lugares de la ciudad que bien merecen una visita, como el conjunto de templos de Kiyomizu-dera o el famoso templo de los mil torii, Fushimi Inari.

Templo dorado de Kioto nevado
Templo dorado de Kioto nevado

Visita a Kinkaku-ji, uno de los templos más importantes de Kioto

Kinkaku-ji no solo es una maravilla arquitectónica, sino también un símbolo profundo de la cultura y espiritualidad japonesas. Su historia de destrucción y resurrección, su deslumbrante diseño dorado y su entorno natural lo convierten en un imprescindible de Japón y, sobre todo, de Kioto, para quienes buscan comprender la riqueza del patrimonio cultural del país del sol naciente. La visita a Kinkaku-ji ofrece una experiencia de belleza y contemplación, donde la historia y la espiritualidad se entrelazan en perfecta armonía.

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