
Catacumbas
En este apartado de nuestra guía de viajes de Roma te daremos las claves para visitar uno de los puntos de interés más interesantes de la Ciudad Eterna: las catacumbas de Roma. No todo iba a ser vestigios de la sociedad mayoritaria de la Antigua Roma o bellos monumentos del periodo barroco. Roma también ha sido escenario protagonista en otras épocas igualmente importantes para el mundo occidental como es la antigüedad cristiana. En tu viaje a Roma no puede faltar la exploración de una de las distintas catacumbas romanas, descubrirás algo muy distinto y que enriquecerá tus vacaciones.
¿Qué son las catacumbas de Roma y para qué sirven?
Las catacumbas en Roma forman una vasta red de túneles y cámaras subterráneas que sirvió como lugar de sepultura para los primeros cristianos. Está distribuida a lo largo y ancho de toda la ciudad y se extiende por aproximadamente 150 a 170 kilómetros. En su totalidad alberga cerca de 750.000 tumbas.
Estas estructuras son testimonio de prácticas funerarias antiguas y aunque son más famosas por los entierros cristianos, también se usaron para enterrar a judíos y seguidores de diversas religiones paganas romanas a partir del siglo II d.C.
En la Antigua Roma, existía una prohibición de enterrar a los muertos dentro de los límites de la ciudad, fuesen seguidores de la religión que fuera. Esta restricción, junto con el problema del sobrepoblación y la escasez de terrenos, llevó a la creación de cementerios subterráneos; lo que hoy conocemos como catacumbas de Roma. Desde el siglo II d.C., la inhumación, es decir, el entierro de cuerpos no cremados, se convirtió en una práctica común, contrastando con la cremación que prevalecía en épocas anteriores.
Con la conversión del cristianismo en religión estatal en el año 380 d.C., la práctica de entierro en catacumbas fue desapareciendo. Con el tiempo, los muertos fueron enterrados en cementerios de iglesias. Las catacumbas fueron prácticamente abandonadas en el siglo X y los restos de las figuras prominentes de la iglesia fueron trasladados a basílicas en la superficie.

Características
Las catacumbas de Roma cristianas son especialmente significativas para la historia del arte cristiano temprano. Contienen la mayoría de los ejemplos de arte cristiano primitivo, en forma de frescos y esculturas, así como medallones de vidrio dorado. Las catacumbas judías también son cruciales para el estudio de la cultura judía de la época.
Las catacumbas romanas están compuestas por pasajes subterráneos conocidos como "ambulacra". En las paredes de estos pasajes se excavaban nichos horizontales llamados "loculi", donde se colocaban los cuerpos. Los cuerpos eran envueltos en sudarios y cubiertos de cal para mitigar el olor. Otro tipo de entierro común era el "arcosolium", que consistía en un nicho curvado cubierto por una losa de mármol.
Los excavadores, o "fossors", construyeron vastos sistemas de galerías y pasajes, dispuestos en varios niveles que se encuentran entre 7 y 19 metros por debajo de la superficie. Los pasillos son estrechos, generalmente de 2,5 metros de alto por 1 metro de ancho.
El arte cristiano en las catacumbas se divide en tres categorías: iconográfica, estilística y técnica. Desde el primer hasta el sexto siglo, este arte pasó por varias fases, comenzando con una fase temprana, los motivos incluían animales y plantas con significados místicos; seguida por una fase del Antiguo Testamento y, finalmente, una fase del Nuevo Testamento; con representaciones de Jesucristo como el Buen Pastor y la Virgen María con el Niño.
¿Cuáles son las catacumbas más importantes de Roma?
Si te preguntas cuántas catacumbas hay en Roma, debes saber que aproximadamente hay 60 con nombre propio. Algunas llevan el nombre de santos enterrados allí, como Santa Inés o San Pancracio. Otras toman su nombre de las localidades originales. Y otras han sido bautizadas como los propietarios del terreno. Algunas catacumbas en Roma como las de Priscila y Luciana deben su nombre precisamente a esta razón, ya que estas matronas romanas fueron generosas y ofrecieron sus tierras para la construcción de estos cementerios.
Las mejores catacumbas para visitar en Roma son las que se agrupan cerca de la entrada sur de la ciudad, a lo largo de la antigua vía Appia. Esta antigua carretera romana sale de la capital hacia el sudeste, desde la porta de San Sebastiano hasta Bríndisi, a 540 kilómetros, en la costa meridional del Adriático. Su construcción se inició en el año 312 a.C. y, a día de hoy, es una de las calzadas romanas mejor conservadas. No obstante, las mejores catacumbas de Roma no están solamente aquí, sigue leyendo para conocer su ubicación y hacer tus planes de vacaciones, así como para elegir el mejor lugar para reservar hotel en Roma según tus intereses.
Catacumbas de San Sebastián
Las catacumbas de San Sebastián, construidas entre los siglos III y V, fueron las primeras en recibir el apelativo de catacumba. Excavadas en roca caliza y distribuidas en tres niveles, contienen nichos sellados con mármol o terracota. Sobre ellas se construyó una basílica cristiana en el siglo IV, completada en el siglo XVIII, donde se cree que reposaron los cuerpos de San Pedro y San Pablo. Desde el siglo XVI, la basílica lleva el nombre de San Sebastiano, en honor al tercer patrón de Roma.
Catacumbas de San Calixto
Las catacumbas de San Calixto, las más grandes y visitadas de Roma, se extienden por 15 hectáreas y tienen 20 kilómetros de túneles distribuidos en cuatro niveles. Fundadas a finales del siglo II y nombradas por el papa Calixto I, fueron el primer cementerio oficial de la Iglesia romana. Contienen más de medio millón de cuerpos, incluyendo siete papas martirizados en el siglo III y la tumba original de Santa Cecilia, cuyo sarcófago fue trasladado en el año 820.

Catacumbas de Domitila
Con 17 km de galerías superpuestas en 4 niveles, estas catacumbas romanas son unas de las más grandes y más visitadas. Situadas cerca de la vía Appia Antica y a 300 metros de las catacumbas de San Calixto, presentan diversos tipos de sepulturas y muchas tumbas de diversa índole religiosa, con frescos cristianos y paganos. Encima se encuentra la iglesia de Santi Nereus y Achilleus, dedicada a los soldados martirizados por Diocleciano.
Catacumbas de Priscila
En el extremo opuesto de Roma, al norte de la ciudad, se encuentran las catacumbas de Priscila (vía Salaria, 430). Estas catacumbas tienen 13 kilómetros de túneles. Además, contienen frescos cristianos de gran calidad y significativos para la historia de la iconografía, incluyendo una de las primeras representaciones de la Virgen María con el Niño Jesús.
Catacumbas del Vaticano
La vía Cornelia, antigua calzada romana sobre la que se construyó la basílica de San Pedro, en la plaza de San Pedro, a su paso por Roma, fue un cementerio para los primeros cristianos martirizados tras la persecución de Nerón. En 1949, se descubrió una necrópolis bien conservada con 22 mausoleos, pero aún más importante, un espacio pavimentado con mosaicos donde se encontraron restos humanos y una tela con hilo de oro junto a una inscripción en griego antiguo datada del año 160 que dice ‘Petro eni’, Pedro está aquí. Por tanto, se halló el lugar de sepultura de Pedro apóstol en catacumbas de Roma.
Guía para visitar las catacumbas romanas
Para visitar las catacumbas de Roma es importante conocer bien los horarios de apertura así como los días de cierre. Las entradas a las catacumbas romanas se pueden adquirir en la entrada o reservar en línea, siendo aconsejable hacerlo con antelación para evitar largas colas, especialmente en temporada alta. Toda esta información es accesible en los sitios web oficiales de estas atracciones turísticas. Para la visita, se recomienda llevar calzado cómodo y ropa adecuada debido a las bajas temperaturas y la humedad de las catacumbas.