Fontana de Trevi
En esta guía de Roma descubrirás por qué la Fontana di Trevi, o Fuente de Trevi en español, es uno de los monumentos más emblemáticos de Roma y una parada obligatoria para cualquier visitante. Esta pieza monumental no solo es una obra maestra del arte barroco, sino que también está cargada de historia, leyendas y curiosidades que atraen a millones de visitantes cada año. Por su puesto que tienes que pasar por allí y lanzar tres monedas al agua, ya que de lo contrario nunca volverás a pisar esta ciudad; y todos sabemos que no se puede hacer un solo viaje a Roma.
¿Dónde está la Fontana di Trevi?
La Fontana de Trevi se encuentra en el centro de Roma, en el distrito de Trevi. Su dirección exacta es Piazza di Trevi, una pequeña plaza cuya extensión es prácticamente ocupada por la fuente y por su estanque. Esta ubicación céntrica la hace fácilmente accesible desde varios puntos turísticos de la ciudad, como la Plaza de España y el Panteón. La Fontana de Trevi está rodeada por estrechas calles empedradas llenas de tiendas y cafés. Es una parada ideal para descansar y disfrutar de un helado romano mientras admiras la majestuosa fuente. La zona es tan turística que existe una gran variedad de hoteles en Roma en los que es posible alojarse cerca de la Fontana de Trevi, sin duda una de las áreas más bonitas de la ciudad.
Historia de la Fontana de Trevi
La historia de la Fontana de Trevi se remonta al mismísimo Imperio Romano. La fuente se encuentra en la intersección de tres calles, señalando el final del Aqua Virgo, uno de los antiguos acueductos de Roma. Este acueducto fue construido por ingenieros romanos para traer agua pura desde una fuente situada a 22 kilómetros de la ciudad, abasteciendo las Termas de Agripa por más de cuatro siglos.
En el año 537, durante el asedio de Roma, los godos destruyeron los acueductos, obligando a los romanos a depender del agua de pozos y del río Tíber. En el Renacimiento, la tradición romana de construir fuentes conmemorativas al final de los acueductos fue revivida. En 1453, el Papa Nicolás V encargó a Leon Battista Alberti la tarea de unir los tres estanques presentes en ese momento en el mismo punto que ocupa la fuente.
En 1730, el Papa Clemente XII organizó un concurso para la construcción de una nueva fuente, ganando Alessandro Galilei, aunque finalmente se encargó a Nicola Salvi, quien comenzó el trabajo en 1732. Salvi murió en 1751, y Pietro Bracci se encargó del proyecto, completando la escultura principal en 1762 con la ayuda de Giovanni Pannini.
Características
La Fontana di Trevi, ubicada en la Piazza di Trevi en Roma, Italia, es una de las fuentes más emblemáticas y monumentales de toda Roma y del periodo barroco. Con su imponente anchura de casi 50 metros y una altura de más de 26 metros, esta joya arquitectónica es una de las principales cosas que ver en Roma. Fue diseñada por el arquitecto Nicola Salvi y completada por Giuseppe Pannini en 1762.
La Fontana di Trevi está estructurada como un arco triunfal en la fachada del Palacio Poli, combinando elementos de agua y roca tallada. En el centro, encontramos la majestuosa figura de Neptuno, el dios del mar, domando hipocampos guiados por tritones. A cada lado del dios, las figuras de la Abundancia y la Salubridad completan el conjunto.
Encima, varios bajorrelieves representan el origen romano de los acueductos, y en los nichos laterales se encuentran esculturas que aportan un equilibrio simétrico. Detrás de la fuente, se observan 24 ventanas del Palazzo Poli, de las cuales una es una imitación pintada por Antonio Catalli en 1737.
¿Por qué lanzar monedas a la Fontana di Trevi?
Una de las cosas más importantes que hacer en Roma es lanzar monedas a la Fuente de Trevi. Esta costumbre, con muchos años de historia y muy arraigada entre los turistas de todo el mundo, es un símbolo del amor que el turista procesa a esta ciudad y de las ganas que tiene de volver a visitarla, pues nunca se termina de conocer la Ciudad Eterna.
Una leyenda tradicional afirma que lanzar una moneda a la Fontana di Trevi garantiza el regreso a Roma. En la interpretación moderna, lanzar dos monedas puede conducir a un nuevo romance y tres monedas aseguran matrimonio o divorcio. Otra versión sugiere que lanzar tres monedas con la mano derecha sobre el hombro izquierdo trae suerte, permitiendo no solo el regreso a Roma, sino también encontrar un gran amor y casarse.
Se dice que el arqueólogo alemán Wolfgang Helbig fue el primero en arrojar monedas a la fuente en el siglo XIX, posiblemente creando la leyenda con la esperanza de regresar a Roma. Otros historiadores creen que esta práctica comenzó con los antiguos romanos, quienes arrojaban monedas a cuerpos de agua para ganar el favor de los dioses del agua.
Aunque los intentes de robar las monedas son muy frecuentes, están penados con multas y, para evitarlos, se recogen las monedas cada día y se donan a la beneficencia. Actualmente, se estima que se arrojan alrededor de 3000 € diarios a la fuente, una cifra en aumento. En 2010 se recolectaron 383,000 euros y en 2011, 951,000 euros. En la primera mitad de 2012 se recogieron 540,000 euros, un récord en ese momento, aunque en 2018 se alcanzaron 1.5 millones de euros.
Un icono romano
La Fontana di Trevi no solo es una maravilla arquitectónica y un símbolo del arte barroco, sino también un lugar cargado de historia y tradiciones que continúan fascinando a millones de visitantes cada año. Además, se ha convertido ya en un símbolo de Roma. A ello han contribuido el cine, donde destaca especialmente la película La dolce vita de Federico Fellini, donde Anita Ekberg y Marcello Mastroianni protagonizan una de las escenas más icónicas del cine italiano. Este monumento, con su impresionante diseño y su gran simbología, sigue siendo un testimonio perdurable del ingenio y la belleza del patrimonio cultural de Roma.